Consideraciones para aprender una lengua extranjera

Es muy probable que cuando uno quiere aprender una nueva lengua se piense en inscribirse en a una escuela de idiomas y asistir a clases en un horario determinado pero, sin darnos cuenta, sucede algo que ataca la mera esencia del aprendizaje de lenguas en este escenario de salón de clase. Tradicionalmente pensamos que en el salón de clase se sigue la instrucción de un profesor, se completan ejercicios, se repite, se memoriza, se contestan cuestionarios y se elabora un examen para validar el aprendizaje logrado.

Pregunta: ¿Qué tienen que ver estas actividades de clase con el aprendizaje de una lengua extranjera? La verdad es que probablemente poco. Solo porque uno memorice un listado de palabras, reglas gramaticales, complete ejercicios y saquen buenas notas en un examen, no quiere decir que esa persona pueda comunicarse en la lengua de estudio. Estas actividades de clase son favorables cuando se trata de otros contenidos de información estática como historia, astronomía, biología y muchas otras asignaturas más.

Las cosas cambian cuando es necesario que uno acuda a un banco de conocimiento al instante y de manera espontanea, y con cierto grado de creatividad, se reproduzcan sonidos secuenciados de tal manera para formar oraciones y, por ende, ideas habladas e inteligibles para las demás personas. Algo similar podemos decir la de comprensión auditiva, lectura y escritura.

Una lengua, pues, no es un banco de información estático; por el contrario, es un banco de información en cambio constante y al cual debemos acceder al instante, pues así es como sucede la conversación entre dos personas. Existen muchos otros aspectos que se pueden mencionar sobre lo que sucede en una conversación entre dos personas como la comprensión del contexto, el apego a ciertas reglas gramaticales, la elección de vocabulario y el lenguaje corporal. En fin, son muchos elementos que están en funcionamiento cuando se mantiene una conversación con otras personas.

Por esta complejidad que existe en la acción de una conversación es que podemos pensar que asistir a un salón de clase y solamente completar ejercicios, memorizar reglas gramaticales y palabras y sacar buenas notas en exámenes no es conducente para que se desarrolle la habilidad de la buena conversación en la lengua meta.

En este escrito pongo a tu consideración cinco puntos que, a lo largo de mi experiencia frente a grupo, he notado son de verdadera importancia para aprender una lengua extranjera.

1. Curiosidad

Históricamente hablando la curiosidad por descubrir cosas nuevas ha sido una de las características sobresalientes de nuestra especie. Tantas cosas que son de inmensa utilidad en nuestras vidas iniciaron por mera curiosidad; podemos enlistar desde cosas tan sencillas como una cuchara hasta cosas con sistemas complejos como el mismo Internet.

Esta misma curiosidad por la novedad y el descubrimiento es un motor importante en el aprendizaje de una lengua extranjera. Tener curiosidad te alentará a indagar y descubrir expresiones que quizás no se incluyen en un libro de texto o que tu profesor de clase no mencione o se brinque. Así también, será la curiosidad que te orientará en decidir cuáles expresiones de la lengua meta optas por integrar en tu conversación y cuáles las limitas a las prácticas de aprendizaje del momento.

La siguiente vez que asistas a clase asegurar recuperar esa curiosidad que tenías cuando eras niño o niña y, que ésta sea el lente con el que afrontas de buena manera el aprendizaje.

2. Aceptación

¿Cuántas veces es que tenemos alguna idea en español, la preguntamos en inglés y resulta ser una idea que, a primer instancia, nos parece complicada e inalcanzable? Un ejemplo puede ser: "te deseo suerte" - "I wish you luck". El punto a resaltar aquí es que no existe un aparente parecido entre la expresión en español y la de inglés. Como resultado nos parece difícil de decir y de recordar.

Al observar las reacciones de alumnos de inglés a lo largo de los años ante expresiones en inglés aparentemente "complicadas", me he llegado a percatar que no tiene nada qué ver con lo simple o complicado que pueda ser la frase. En turno tiene qué ver con qué tanta aceptación se tiene de la lengua meta. Dicho de otra manera, cuando no aceptamos estas frases en inglés significa que buscamos empatar al inglés con el español. Sin embargo, el inglés y español, con la excepción de tener similitudes gráficas en el alfabeto, son lenguas que se han desarrollado a lo largo de los años de maneras diferentes en culturas muy diferentes. Por lo tanto, las expresiones para un mismo propósito social serán diferentes.

La meta es, entonces, llegar a aceptar esas expresiones por lo que son, particularidades de la lengua meta. En tanto a esa sensación de extañeza que pueda suceder en primer instancia, se puede erradicar con simples prácticas de comprensión auditiva, lectura y escritura; de tal manera que lo extraño se vuelve común. Encontrarás que una vez que aceptes a la lengua meta por lo que es, y no por lo que quieres que sea, tu aprendizaje de esta fluirá mucho mejor.

3. Integración

Una y otra vez he visto como alumnos de inglés interpretan el aprendizaje de la lengua extranjera como la memorización de reglas gramaticales. Es comprensible que nos avoquemos al estudio de la gramática ya que ésta ofrece una clara estructura que se puede secuenciar y desmenuzar para ser estudiada y repetida en ejercicios controlados. En turno, pues, la gramática ofrece un aire de control y seguridad al momento de adentrarse en la lengua meta.

El aprendizaje de una lengua extranjera es mucho más que la memorización de su gramática. Para aprender una nueva lengua queremos hacerlo de manera inclusiva en donde, valga la redundancia, incluimos en similares medidas a la comprensión auditiva, lectura, escritura, frases conversacionales y también las estrategias para la comunicación en la lengua meta; por ejemplo, ¿Cómo se dice ______? y ¿Puedes repetir? entre muchas otras preguntas estratégicas son claves para: 1) darnos seguridad de poder participar en una conversación, y 2) desarrollar la competencia de conversación para comprender cada vez más.

4. Identidad

El aprendizaje de una lengua extranjera va más allá de las palabras que podamos decir en una conversación, leer en un texto o escribir en una nota. Así también, aprender una lengua extranjera sobrepasa conocer su estructura, forma y secuencia de palabras para expresar ideas inteligibles. La parte oculta del aprendizaje de una lengua extranjera tiene que ver con la cultura en la cual dicha lengua se desarrolló y la manera de pensar que forjó la gramática que se estudia con tanto afán.

No es el propósito ponerse a ahondar en la historia de la lengua meta pero sí el contemplar por un momento la perspectiva de vida que está detrás de la lengua. Permíteme dar un breve ejemplo sobre este punto.

En español tenemos una manera muy clara de construir nuestras oraciones: Sujeto + verbo + predicado. Sin embargo, hay otras lenguas, como el japonés, en las que la secuencia cambia y ponen el verbo hacia el final. Este es apenas un ejemplo. Igual puede haber variantes en el uso de artículos, géneros y elección de palabras para nombrar algo.

Más práctico aún considera que en español decimos frases como "el carro de color azul" mientras que en inglés se expresa como "the blue car". Solo comparando estas dos expresiones podemos pensar que en inglés existe una idea de fondo de ser eficiente y hablar rápido, pues no es necesario entrar en largas expresiones llenas de artículos y preposiciones.

Estas variantes que menciono nos ofrecen nuevas formas de pensar y de ver la vida. Piensa, entonces, que aprender una nueva lengua significa enriquecer tu identidad de persona y entre más lenguas aprendas, más irás enriqueciendo tu identidad.

5. Social

Todas las cosas a nuestro alrededor tienen un propósito específico de ser; para las lenguas podemos identificar que su propósito es hacer posible la comunicación entre personas. ¿Puedes imaginar qué sería de nosotros y nuestra sociedad si no pudiéramos comunicarnos ideas entre nosotros? Seguramente estuviéramos viviendo aún en la intemperie, cada quien jugándose la suerte de la vida y sus peligros por sí solo.

El intercambio de ideas entre personas es la razón primordial por la cual tenemos lenguas (español, inglés, japonés e italiano por solo nombrar unos pocos). Por esta razón es que siempre es importante tener claro el porqué estamos aprendiendo una nueva lengua meta, y la respuesta debe ser clara: "Para comunicar ideas en una nueva lengua perteneciente a una nueva sociedad de personas".

Para tal propósito es indispensable que al estar haciendo las prácticas de aprendizaje busquemos la manera de sacar esas expresiones impresas del papel y las utilicemos con personas, que para eso han sido hechas, pues. Claro que cuando se tiene la oportunidad de hablar, por ejemplo: inglés, con otras personas, ayuda y enriquece muchísimo el aprendizaje. Cuando uno no tiene con quien practicar se debe de recurrir a otros mecanismos.

Se puede pensar en cosas tan sencillas como hablar frente al espejo o grabarse con el teléfono inteligente o computadora. Para quienes ya son padres de familia, el usar las nuevas expresiones con los hijos pequeños, sin importar su edad, es una excelente oportunidad para uno practicar y para que los infantes o niños se expongan a nuevas lenguas. Otro ejemplo, quizás más chusco, es hablar en la lengua meta con las mascotas. Ciertamente no entenderán una sola palabra de lo que digas pero eso no importa, pues les hablarás con una idea precisa en mente y decir esas expresiones te permitirán usar la lengua meta en una manera social y real; justo para lo que ha sido hecha.

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